Laura miró la nube negra que tapaba el sol. No se parecía a ninguna otra que huberia visto. Se oía un rudio extraño, como el del granizo. Empezaron a llover saltamontes del cielo. Los insectos se colgaban de su pelo y su ropa y sus ojos saltones la miraban. Inmediatamente devoraron la cosecha de papá.
Desde los bosques de Wisconsin al territorio indio de la gran llanura, nuevas aventuras y panoramas se fueron añadiendo a la rica niñez de Laura. Fue testigo ocular de la rápida transformación del Oeste a medida que pioneros y carretas con toldo dieron paso a granjas, poblaciones y ferrocarriles.
Pionera, maestra, esposa de granjero y talentos escritora, Laura Ingalls Wilder experimentó una de las etapas más emocionantes de la historia de los Estados Unidos. (1867-1957)
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